Siempre
hemos reclamado justicia. Siempre hemos reclamado sinceridad y verdad.
Por más pobres económicamente que seamos, siempre debemos ser aliados de
la verdad. Recuerdo que un día intenté hablar con el ahora prófugo de
la justicia, sobre el tema Ñauñacu que lo he investigado desde su
concepción -en 1911- hasta la actualidad, y con documentación muy sólida
y con videos y fotografías de la realid.ad
de la quebrada Ñauñacu y de la laguna Huascacocha, pero nunca quiso
escuchar. Que a propósito se ha inaugurado sin haber concluido.
Y entonces, a cambio, -supongo para
distraer mi atención, para que no investigue, para que me olvide de los 2
millones de soles que se iba a invertir- me enviaron diez escrituras
públicas de venta de terrenos que había hecho el señor Fernando García,
presidente de la Comunidad Campesina de Asia, para que lo investigue y
lo denuncie. Y efectivamente, las ventas eran más que mounstruosas, de
mucho dinero, era francamente delincuencial. Pero yo jamás publico algo
que no esté confirmado, que no tenga sustento. Yo publico con pruebas en
la mano -como en su momento lo hice con Ñauñacu-. Y entonces, me fui a
cada notaría para comprobar la venta del terreno y ver en qué
circunstancias se hicieron. Grande fue mi sorpresa, que esas Notarías NO
existen. TODO ERA FALSO. Las 10 notarías son fantasmas. Me querían
sorprender. Porque lo hacen tan bien que parece real. Y si yo NO me
hubiera tomado el tiempo de averiguar y ligeramente publicaba, estuviera
denunciado fácilmente. Por suerte, guardo esas pruebas. Pero, fue una
de las grandes razones que me enseñó a entender qué tipo de autoridad
teníamos en Asia. Y cómo se manchan honras.
Ahora me ha llegado documentos de venta
de terrenos de la comunidad hecho por un ex presidente hace ya varios
años, y que a principio de año -el prófugo- regulariza esta venta al
valor de 11 millones de dolares y otra de 6 millones de dólares, en el
sector de Chocalla. Igual, lo tengo que probar. No doy fe de eso. Aunque
son 17 millones de dólares que tranquilamente es como para irse a vivir
a la China. Las lecciones que me dejan, es que no hay nada mejor que
mirar defrente, ser humilde, escuchar a los demás, hacer las cosas bien y
disculparse por nuestros errores.
Asia, en verdad, no necesita que lo
suceda esto. Felizmente existe la justicia y asianos honrados y
honestos. Y la próxima, elegimos mejor a nuestras autoridades.
Autoridades que respeten para que merezcan respeto. La caridad empieza
por casa.
Por Iván Reyna Ramos
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