“Yo escribo por impulso y por coraje”


Esta entrevista se realizó en la casa del poeta Enrique Verástegui, en el marco de la reedición de su libro El Modelo del Teorema, curso de matemáticas para ciberpunks, publicado por el Grupo Editorial RAS (Red Artística Salamanca). El libro será presentado el día miércoles 26 de febrero en las instalaciones de Cholo Art & Fun, a las 08:00 p.m. en Barranco. La cita tendrá como ponentes a: Francisco León, Pedro Novoa, Ronald Arquíñigo y Milagros Sefair. Rafo Ráez cerrará la velada con una vasta selección de su discografía.
En la entrevista intervienen, Francisco León, editor de Enrique Verástegui y escritor de la novela Tigres de papel, y también, mi gran amigo y compañero de caminos, Javier Arnao Pastor.
I
Joel: Lo que me interesó bastante fue el subtítulo del libro: “Curso de matemáticas para cyberpunks”. Pensé en un principio que se refería al mundo musical o rebelde, a estos chicos que escuchan punk o metal, pero no, me equivoqué. Cuando me puse a investigar un poco al respecto, me encontré que esta definición se refiere a un mundo post-moderno, post-tecnológico… Un mundo tomado por la tecnología, un universo distópico.  Entonces vino otra vez la sorpresa: ¡Verástegui se adelantó a su época! ¿Para quién escribió este libro, Enrique Verástegui?
Verástegui: Bueno, este libro se emparenta con mi vida. Durante años yo me había dedicado a escribir poesía, que a veces no era aceptado por mi padre, que me pedía que yo estudiara matemáticas. Cuando murió mi papá, a los cuarenta y cinco años,  decidí en homenaje suyo, escribir un libro de matemáticas. Y así fue, también pensando en los jóvenes rebeldes, que siempre se plantean un destino, que no aceptan imposiciones de nadie, que le puse el subtítulo de ciberpunks, en homenaje a esos jóvenes que no tienen un camino en la literatura, pero que pueden tener armas para hacer la revolución.
Joel: ¿Siempre te interesó la matemática o solo fue una imposición por parte de tu padre?
Verástegui: Desde siempre me interesó, personalmente, la matemática.
Joel: ¿Desde tu infancia en Cañete?
Verástegui: Sí, desde muy chico… Pero a finales de los años ochenta, conocí a una chica de San Isidro, que salía por aquellos días conmigo. Ella me invitaba a tomar una botella de vodka diario durante todos los meses que salí con ella. De la relación y de su nombre no me acuerdo nada, excepto que cuando estaba borracho con esa mujer, yo tomaba apuntes en un cuaderno. Cuando dejé de estar con ella, volví a Cañete, y años después me inspiré, y escribí, en base a esos apuntes, tomados de la filosofía griega, el libro de poesía y matemáticas El Modelo del Teorema.
Joel: Existe esa idea errónea, de muchas gentes, que creen que la literatura es la antípoda de la matemática. ¿Por qué esta idea no es cierta, Verástegui?
Verástegui: Porque la literatura y la matemática se complementan. Hay una relación entre la gramática y la matemática, estas se compenetran pero no se determinan, pero se incluyen entre ambas.
Joel: ¿No se interrumpen?
Verástegui: No, no se interrumpen, se interpenetran.
Javier: ¿Y cuál es la relación que encuentra entre las matemáticas y la literatura?
Verástegui: El estudio de la música. Pitágoras fue un gran conocedor de la música, y bueno, yo que tengo cierta habilidad con la música en gramática, tratando de seguir el ejemplo de Pitágoras, veo que ese es el mejor camino para fusionar la literatura con la matemática.
Joel: Ahora que entró a tallar el tema de la música, existe una leyenda urbana que dice que te decidiste a escribir este libro mientras escuchabas un tema de Pink Floyd. ¿Es cierto esto?
Verástegui: A Pink Floyd lo escuché y lo estudié en París. Pero la leyenda es errónea, solo lo dije para quedar bien con los chicos. A mí me dijeron, casi en forma clandestina, que Pink Floyd era un grupo que apoyaba a la clase obrera, por eso me puse a escucharlos con mucha atención. Eso fue hace más de treinta y cinco años. Yo decidí escribir el libro por el demonio de las matemáticas. Ahora, si quieres, yo me puedo volver un anti Pink Floyd, no tengo problemas con eso…
(Risas)
Joel: Usted también canta Verástegui, música andina.
Verástegui: Sí, música andina.
Joel: Cantaba desde muy niño, en los médanos de Cañete…
Verástegui: Es verdad, mirando la planicie caliente.
Joel: Francisco, tú eres el editor de esta nueva edición de El Modelo del Teorema. ¿Qué es lo que viste en este libro para decidir reeditarlo?
Francisco: Lo que yo vi fue la obra total del artista. El libro me lo sugirió el propio maestro, por la cantidad de páginas.  Nosotros somos la “Red Artística Salamanca”, lo que buscamos es integrar América mediante el arte. Yo considero que la obra del maestro Enrique Verástegui es preponderante.
Joel: ¿Desde cuándo empezaste a leerlo?
Francisco: Desde muy joven. Empecé con En los extramuros del mundo, para que te voy a mentir.  Me impactó, pensé que era el Allen Ginsberg peruano. Me dije, “esto es algo distinto”. Tú te das cuenta, como un antes y un después. Entonces, es como una especie de homenaje el haberle publicado este libro. Me siento muy a gusto con este trabajo.
Joel: Tú también eres escritor, has publicado la novela, Tigres de papel, y algunos otros libros. Y también eres músico. Entonces, retomando al tema de la música, lo que hablábamos hace un momento con Verástegui, sobre la influencia de la música en las matemáticas y la literatura, hay un punto que quisiera tocar, y esto abocado a lo que es la nueva generación de escritores, los escritores de esta última generación: el papel preponderante de la música dentro de la literatura actual. Quiero decir, la música rock como uno de los referentes principales dentro del mundo literario de la generación del noventa y del dos mil. Hablo de la música de Lou Reed, Iggy Pop, David Bowie, Bob Dylan.
Francisco: Es verdad, mi novela, por ejemplo, está llena de rock. Creo que es por diversas fuentes comunes y porque somos de la misma tanda generacional. Esto tiene que ver con lo que decía Goethe en las Afinidades electivas.  Hay eso, un común. Nosotros crecimos rodeados de rock, invadidos por las proyecciones poéticas que fluyen de esta música. Entonces, incluir la música en nuestro trabajo es como incluir los salmos en la biblia.
Verástegui: Yo quiero decir algo acerca del Rock. En la época de los sesenta, escuchábamos con suma atención, con sumo placer, con sumo agradecimiento, una canción que duraba media hora, una canción que se titulaba,  In a Gadda da Vida…
Francisco: In a Gadda da Vida de Iron Butterfly.
Verástegui: Sí, de Iron Butterfly. Esto nos influyó a todos, a todos los compañeros de Hora Zero.
Joel: Bueno, pero escribir de música, por ejemplo, durante los años de las guerras, hablo de la Primera Guerra Mundial y de la Segunda Guerra Mundial, era una actividad tomada por frívola. Si alguien escribía de música en aquellos años, era acusado de estar alejado del compromiso social, de la realidad indolente en la que se vivía.
Verástegui: Ahora que hablas de las Guerras, me acuerdo que este año es el centenario de la Primera Guerra mundial. Porque se inició en 1914, ahora estamos 2014.
Joel: Es verdad, y pareciera que nadie se ha dado cuenta, solo usted maestro.
Verástegui: Si pues.
Francisco: Creo que el tema de la música también viene de Jack Kerouac.
Joel: ¿Por el jazz?
Francisco: Sí, los beatniks utilizaban mucho el jazz… Es más, Kerouac utilizaba los fraseos de Charlie Parker para escribir como si fuera un fraseo. Desde allí creo que viene; viene también de Ginsberg…
Joel: Cortázar también utilizaba mucho el jazz, era un gran melómano.
Francisco: Claro, claro, tiene un homenaje a Parker, El perseguidor.
Joel: Volviendo al tema del libro El Modelo del Teorema. Usted, maestro Verastegui, dice que este libro debe ser entendido como un análisis del caos. ¿Por qué cree usted esto?
Verástegui: Porque el caos no tiene fruto, no tiene perspectiva, no tiene nada. Entonces yo me propuse a crear una nueva visión de las cosas, del mundo.
Joel: ¿Entonces este libro está creado en medio del caos?
Verástegui: Así es.
Joel: ¿Usted se considera viejo Verastegui?
Verástegui: No me considero viejo. Mi cuerpo estará viejo, pero mi espíritu está jovencísimo.
II
Joel: Hay que recordar que usted estudió economía en San Marcos. Esta es una carrera que está más ligada al mundo de los números que al de las letras. Usted dice esto en una entrevista: “El hecho que yo estudiara economía, no significa que estuviera negado a la literatura, más bien la literatura está negada a la economía.” ¿Por qué cree que la literatura está negada a otras ciencias?
Verástegui: Porque no hay otros productores de sentido y conocimiento que el mundo de las matemáticas; lo que no se encuentra en las letras, por lo menos en Lima. Entonces desde ese punto, creo, que el conocimiento puro está negado a la literatura. Un pastor puede hacer literatura, pero un literato no puede ser un pastor.
Joel: Desde su primer libro publicado ya se siente el interés por los números. Estoy hablando de En los extramuros del mundo. Específicamente del poema: Artaud en un verano caliente/ Enero Ciudad Universitaria.
Verástegui: Nunca tuve contradicción entre matemática y gramática. Ahora, con este libro (El Modelo del Teorema) he tratado de complementarlo aún más. Pero recuerdo ese poema que acabas de mencionar. Recuerdo cómo nació. Yo estaba un sábado por la noche, en la Ciudad Universitaria, escribiendo poesía, era un sábado, a las ocho y media de la noche, y de un momento, se me ocurrió el número, ocho y media pe eme, lo escribí, y en ese momento explotó una bomba en el centro de la federación universitaria de San Marcos. Entonces, en una suerte de vértigo, mientras el caos reinaba en las aulas universitarias, me puse a escribir como un loco ese poema que agregué a mi primer libro publicado.
Joel: ¿Se extinguirá la poesía tras el avance indiscriminado de la ciencia?
Verástegui: Lo que pasa es que hay un amplio campo de fuerzas productivas que conlleva a una democratización del mundo. Y entra todo tipo de gente dispuesta a escribir sin una suerte de sello de calidad.  Entonces eso va socavando lo que se llamaba limpieza literaria, pues ahora, por esa cantidad desorbitante de libros, la calidad ha pasado a un décimo plano.
Joel: ¿Pero cree que la literatura podría desaparecer?
Verástegui: No, yo creo que no. Siempre habrá rebeldes, revolución.
Javier: Disculpen que cambie de tema tan bruscamente, pero me quedé pensando en el tema de las influencias dentro del trabajo literario. Francisco, tu publicaste tu novela Tigres de papel; hace un momento hablaste de los beatniks y del movimiento Hora Zero. ¿Qué influencia tienes de ellos dentro de tu obra?
Francisco: La técnica. Trato de utilizar, por ejemplo, fraseos de Kerouac, frases muy largas, sin punto, o con una sola coma o sin coma; también algo de William Burroughs, los cortes, famosísimos. Mi novela no es lineal, en eso se parece mucho a la novela beatnik. La oralidad,  y esto se lo debo a Hora Zero. Hora Zero recogió la oralidad, yo creo que le dio trascendencia… no, no creo que le dio trascendencia, encontró la trascendencia subyacente a lo aparentemente intrascendente: el habla de la calle, la vida cotidiana,  la vida de todos. Todo eso está en mi novela.
Joel: ¿Esta nueva generación tiene alguna suerte de perjuicio contra la novela lineal?
Francisco: Creo que el cine tiene mucho que ver en esto. Echémosle la culpa al cine. Lo visual, vivimos en una época visual, vivimos en una sociedad visual, entonces la novela trata de obtener ese dinamismo que rompe la linealidad.  Pero yo no desdeño personalmente la novela lineal, incluso estoy trabajando una novela lineal que me parece que se debe mantener una gran concentración, una gran técnica. Al hacer una novela estructural, creo que también uno puede mentir bastante, simplemente soy un tipo disperso y te finjo que soy un genio, un Cortázar, eso pasa bastante con este tipo de novelas y escritores.
Joel: ¿Y usted qué cree de la forma en la novela, Verastegui? Usted también es novelista.
Verástegui: Ahora que estamos en el siglo XXI, estructura y forma de la novela, viene a ser un producto del gran cine, tal como se ve en El último emperador de Bertolucci o en cualquiera de los grandes cineastas de Europa. El cine ha influenciado mucho a la literatura.
Javier: Para aprovechar el tópico que tomó Joel, sobre la estructura, tanto en poesía como en narrativa, quisiera saber, concretamente, que nos explique ¿cuál es la diferencia que siente usted al momento de escribir poesía y narrativa?
Verástegui: Poesía es síntesis y Narrativa complejidad. Hay una relación vasta, pero no determinante en la novela y la poesía que escribo. Yo escribo por impulso y por coraje, no hay diferencia cuando escribo una novela, un ensayo o un poema.
Joel: ¿Cree usted, Verastegui, que se le ha quitado mayor espacio a la poesía en este último siglo?  Me refiero al siglo XXI, pues hay una mayor producción narrativa, un cariño más entrañable a la novela o al cuento.
Verástegui: Si se le ha quitado espacio, la ha quitado la gente que tiene poder. Que no puede ver a un poeta que se muere de hambre y que escribe bellamente como una flor. Ahora se puede ver a un tragón de tocino, que son meramente los escritores de novela, que de paso, transgiversan toda la historia del mundo.
Joel: ¡Francisco, tu qué opinas de esto! Tú, que eres un escritor de novelas.  “Un tragón de tocino”.
Francisco: Soy poeta también, por si acaso.  (Risas) No, sí, sí, totalmente de acuerdo con el maestro.  La poesía a nivel mundial ha decaído mucho. Ahora si hablamos de novelistas, también es bastante subjetivo. Los “grandes” no-ve-lis-tas actuales, ¿qué cosa escriben? ¿50 sombras de gray?
Verástegui: Y el mismo Vargas Llosa, sus últimas dos novelas han caído sosas.
Joel: Es verdad, las dos últimas. Por eso prefiero no leerlas.
Verástegui: Milan Kundera, por ejemplo, tiene pocas novelas, pero son novelas fabulosas que quedarán para la posteridad.
Joel: Es un buen ejemplo. Antes los escritores querían ser poetas, todos querían ser poetas. Se miraba a la narrativa como un género menor…
Verástegui: ¡Claro! Así estaba configurado el mundo, de la forma como estás hablando…
Joel: Sí, pues antes los novelistas querían ser poetas, querían ser reconocidos como poetas, no como novelistas. Pero al descubrirse ajenos a la poesía, recaían en la narrativa, tal vez un poco frustrados o un poco resignados.
Verástegui: Tú estás poniendo el gran ejemplo que tenemos todos. Y de ese ejemplo, solo por coger dos, el de Víctor Hugo y del Flaubert.
Joel: Borges también, pues escribía cuentos. Aunque Borges no le gusta mucho a usted.
Verástegui: Su poesía, no me gusta su poesía. Pero es un gran prosista.
Joel: ¿Por qué no le gusta la poesía de Borges?
Verástegui: Porque se le escapa mucho el sonido, pareciera que no tuviera buen oído. Además peca mucho de grandilocuencia…
Joel: ¿Muy barroco?
Verástegui: Ojalá fuera barroco, pero creo que le falta música.
III
Joel: Volviendo al primer tema, al de su libro, El Modelo del Teorema. ¿Por qué esa búsqueda del intelecto, de la totalidad universal? ¿Acaso es por una mera vanidad, jactancia?
Verástegui: Todos deben producir su trabajo de acuerdo a sus gustos. Como diría Ribeyro, soy un escritor que escribe para sí mismo.  No escribo por vanidad, aunque el acto de publicar puede entenderse por un ejercicio de la vanidad, pero eso ya escapa de las manos de uno.  Es algo que me nace naturalmente, y no veo ninguna contradicción, en la poesía, que nace de las matemáticas y que viene desde las galaxias. Yo solo espero no seguir peleando con el mundo.
Joel: ¿Peleando con el mundo? ¿A qué se refiere?
Verástegui: Ha habido gente en el pasado, jóvenes incluso, que se han enfrentado de manera absurda contra mí, he incluso, con los integrantes de Hora Zero. Y nosotros solo buscamos escribir, vivir, ser felices. No queremos entrar en política…
Joel: Pero en su juventud le interesó la política… ¿Ahora es apolítico?
Verástegui: Soy apolítico, pero respeto mucho la política. A quienes no respeto son a los politiqueros.
Joel: Volvamos a la poesía. A la poesía en el Perú. Usted dice que “carecemos de una imagen de la poesía, porque carecemos de nuestra propia imagen”.
Verástegui: Eso lo dije jovencísimo.
Joel: ¿Por qué lo dijo?
Verástegui: Porque no tenemos, hasta ahora, una escritura incaica, de lo cual, por ejemplo, se vanaglorian los aztecas. Tampoco tenemos las matemáticas, pues los incas también estudiaron las matemáticas. Todas esas cosas joden cuando uno es joven. Uno se pasa de nacionalista.
Joel: Pero usted solo habla de la literatura incaica, pero recordemos que ha habido muchas otras culturas como la Chimu, Paracas, Tiahaunaco, Ichma, todas culturas pre-incas.
Verástegui: Chachapoyas, por ejemplo, Salinar, Cupisnique, y así, muchas. Creo que nosotros desconocemos la literatura de nuestro pasado, y se deberían analizar y estudiar para poder hacer una buena y mejor literatura.  En la generación del sesenta y setenta, se descubrió que lo fabuloso era volver al arte incaico; yo lo entiendo como fabuloso, pero ahora no sé cómo lo entenderán ustedes, de esta última generación.
Joel: ¿Por qué la pareció fabuloso regresar a lo arcaico?
Verástegui: Para salir del pecado original, del pecado original en el que estamos inmersos todos los católicos. Para luchar contra ese pecado, es necesario la lectura y las matemáticas de nuestros ancestros.
Javier: ¿Usted, señor Verastegui, tiene algún modelo de escritor que lo haya precedido en un proyecto similar? Hablo de su libro El Modelo del Teorema.
Verástegui: Todos. Mi referente es la cultura y la sociedad.
Javier: ¿Entonces no tiene un referente concreto?
Verástegui: No, todos son mis referentes. Tengo miles de fuentes.
Joel: Pero su libro, El Modelo del Teorema, es comparado a el Timeo de Platón y al mismo Discurso del método de Descartes…
Verástegui: Bueno, eso dicen.
Joel: En la última entrevista que tuvimos, Verastegui, usted me dijo que se sentía muy cercano a la locura.
Verástegui: Sí, sí.
Joel: ¿Usted cree que un estado de locura es el estado de mayor lucidez en la vida del artista?
Verástegui: Como las drogas y el licor, la locura es una suerte de narcótico que puede impedir la lucidez. Es una lucha terrible del artista con el quiebre del intelecto. Una lucha a muerte con el demonio.
Joel: ¿Usted se siente loco, Verastegui?

Verástegui: Sí, a veces.

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