CHILCA: Los monstruos de la laguna negra


Por Erick Garay
Fui con mi familia a Chilca, en la provincia de Cañete, específicamente, a Las Salinas. Fuimos a conocer las lagunas que han dado fama, entre otras cosas –como playas o sitios arqueológicos– al lugar.
La idea es embarrarse con el barro de las lagunas, me dijeron. Y no pudimos evitar recordar la clásica película de Universal llamada El monstruo de la laguna negra. Pero, dejando la broma, el barro contiene cloruro de sodio, sulfato, carbonato de calcio, yodo y sales minerales. Estas sustancias, posiblemente, curarían problemas dermatológicos y óseos, como el reumatismo articular crónico, también para problemas de hipertensión arterial e infertilidad.
Así que a eso íbamos. En el recorrido divisé algunas playas que hay desde Lima a Cañete, vi Pachacamac, zonas rocosas, arena, olas, casas pequeñas, y unas islas que formaban una ballena.
Hasta que llegamos. Primero fuimos a la laguna La Milagrosa; entramos, era la más salada, la de más barro y la más grande. Luego de jugar un rato con el agua, nos embarramos el cuerpo con esa sustancia oscura y gomosa, y nos pusimos al sol. Mi padre se divertía tomándonos fotos. Después nos enjuagamos y fuimos a La Encantada, la de rumores de visitas extraterrestres y de extrañas desapariciones, pero esos son solo mitos; posee las mismas propiedades curativas. Luego, algunas de las mujeres de nuestro grupo entraron a La Mellicera, que tiene fama de ayudar al aparato reproductor contra la infertilidad. Regresamos a La Milagrosa. Comimos en un restaurante local y compramos un vino de higos –fruto común de la zona.
Fue una experiencia divertida, relajante. Pese a ser un lugar sencillo y sereno, es un buen sitio para pasar un par de días y conocer sus zonas y sus festividades. No debería olvidarse estas localidades, y el gobierno debería promover el desarrollo, el turismo, y la mejora de estas.

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