HISTORIA DEL ALCALDE PROFUGO DE ASIA: JOSE ARIAS CHUMPITAZ



Siempre hemos reclamado justicia. Siempre hemos reclamado sinceridad y verdad. Por más pobres económicamente que seamos, siempre debemos ser aliados de la verdad. Recuerdo que un día intenté hablar con el ahora prófugo de la justicia, sobre el tema Ñauñacu que lo he investigado desde su concepción -en 1911- hasta la actualidad, y con documentación muy sólida y con videos y fotografías de la realid.ad de la quebrada Ñauñacu y de la laguna Huascacocha, pero nunca quiso escuchar. Que a propósito se ha inaugurado sin haber concluido.
Y entonces, a cambio, -supongo para distraer mi atención, para que no investigue, para que me olvide de los 2 millones de soles que se iba a invertir- me enviaron diez escrituras públicas de venta de terrenos que había hecho el señor Fernando García, presidente de la Comunidad Campesina de Asia, para que lo investigue y lo denuncie. Y efectivamente, las ventas eran más que mounstruosas, de mucho dinero, era francamente delincuencial. Pero yo jamás publico algo que no esté confirmado, que no tenga sustento. Yo publico con pruebas en la mano -como en su momento lo hice con Ñauñacu-. Y entonces, me fui a cada notaría para comprobar la venta del terreno y ver en qué circunstancias se hicieron. Grande fue mi sorpresa, que esas Notarías NO existen. TODO ERA FALSO. Las 10 notarías son fantasmas. Me querían sorprender. Porque lo hacen tan bien que parece real. Y si yo NO me hubiera tomado el tiempo de averiguar y ligeramente publicaba, estuviera denunciado fácilmente. Por suerte, guardo esas pruebas. Pero, fue una de las grandes razones que me enseñó a entender qué tipo de autoridad teníamos en Asia. Y cómo se manchan honras.
Ahora me ha llegado documentos de venta de terrenos de la comunidad hecho por un ex presidente hace ya varios años, y que a principio de año -el prófugo- regulariza esta venta al valor de 11 millones de dolares y otra de 6 millones de dólares, en el sector de Chocalla. Igual, lo tengo que probar. No doy fe de eso. Aunque son 17 millones de dólares que tranquilamente es como para irse a vivir a la China. Las lecciones que me dejan, es que no hay nada mejor que mirar defrente, ser humilde, escuchar a los demás, hacer las cosas bien y disculparse por nuestros errores.
Asia, en verdad, no necesita que lo suceda esto. Felizmente existe la justicia y asianos honrados y honestos. Y la próxima, elegimos mejor a nuestras autoridades. Autoridades que respeten para que merezcan respeto. La caridad empieza por casa.

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