“A través del ministerio de Pedro, Jesús manifiesta la fuerza de Dios y hace que las puertas del infierno no prevalecerán contra Él”, mencionó el Nuncio Apostólico en Perú, Monseñor Bruno Musarò, en la Santa Misa que presidió por la Solemnidad de San Pedro y San Pablo y Día del Papa, en la Basílica Catedral de Lima.Monseñor Musarò señaló que esta Solemnidad nos brinda la ocasión para interiorizar en la grandeza del ministerio del sucesor de San Pedro, hoy el Papa Benedicto XVI y nos hace reflexionar sobre su repercusión en la iglesia de Jesucristo.
“A pesar de todo la fe en Jesús se fortalece cada vez más. El Señor Jesús está presente en la nave de la Iglesia sacudida por las olas de pecados, escándalos o sucesos que con sus aguas penetran en ella y parecen condenarla a hundirse”, expresó.
Recordó también que el poder de Jesús es el poder del bien, de la verdad y del amor que a través de su oración nos ayuda a superar todas las dificultades que en el mundo de hoy se presentan.
“La oración de Jesús es la protección de la Iglesia, podemos acogernos a ella y estar seguros de ella. La tarea de Pedro consiste en no dejar que esa fe enmudezca nunca y en fortalecerla constantemente, ante la cruz y ante todas las contradicciones del mundo, hasta que el Señor vuelva”, reflexionó.
Benedicto XVI, humilde trabajador de la Viña del SeñorEl nuncio apostólico manifestó que esta fecha es especial porque se celebra el 60º aniversario de la ordenación sacerdotal del Papa Benedicto XVI y destacó que la prioridad de su pontificado es poner a Cristo como el centro de nuestras vidas.
“Benedicto XVI es un gran teólogo y un gran evangelizador, un apologista en el sentido positivo, es decir es quien propone las razones de nuestra fe y lo hace con un lenguaje muy claro y simple, nunca lejano de la realidad.
Comentó que los aspectos más significativos de su pontificado son el empeño por una renovada evangelización y su interés por defender la libertad religiosa.
“Desde que era cardenal ha subrayado varias veces cómo en Europa y en general en el occidente se juega una partida crucial por el Evangelio dentro del mundo. Esta es la razón por la quiso instituir el Concejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización, especialmente en los países de antigua cristiandad que hoy corren el riesgo de perder su herencia de fe y de cultura”, mencionó.
“La libertad religiosa está en peligro y gravemente amenazada en muchos países del mundo, el Papa no puede renunciara a hacer escuchar su voz con toda autoridad para reafirmar este punto fundamental de la convivencia pacífica entre los hombres y de la seguridad de la fe cristiana”, prosiguió.
Finalmente, pidió al Señor por el Papa, por todos los que desempeñan una responsabilidad en la Iglesia, por aquellos que sufren las confusiones de estos tiempos y por todos los fieles para que sigan el ejemplo de los apóstoles Pedro y Pablo.
“Que en la solemnidad de San Pedro y San Pablo demos gracias a Dios por el don de nuestro santo padre, Benedicto XVI, guía firme y maestro sabio de la Iglesia Universal, quien ante los peligros que la acechan nos anima suave y firmemente a acudir a Cristo como única salvación”, concluyó.
Concelebraron con el Monseñor Bruno Musarò, el presidente de la Conferencia Episcopal Peruana, Monseñor Miguel Cabrejos, OFM; los tres obispos auxiliares de Lima, Monseñores Adriano Tomasi, OFM, Guillermo Abanto y Raúl Chau; el obispo prelado de Yauyos, Monseñor Ricardo García; el obispo castrense, Salvador Piñeiro; así como diversos obispos y sacerdotes.
En la Santa Misa estuvieron presentes autoridades civiles y militares, embajadores y miembros del cuerpo diplomático.
0 Comentarios